Vivimos en un tiempo, en el que debemos aprender continuamente, la
tecnología avanza a pasos agigantados, el cambio es permanente.
Hasta donde estamos influenciados o nos dejamos influenciar, muchas
veces no lo tenemos claro, nos sentimos en la obligación de cambiar por lo más
actual, sobre todo en lo referente a lo material, celulares, televisores, etc.
Algunas veces no se está conforme con su propio cuerpo, o con el color de la
piel, se hacen tatuajes, dietas, cirugías, cambiamos el color del pelo.
En cuanto se refiere a lo vivencial o emocional, también hay que
producir cambios, pero cambios que lleven a un crecimiento interno del ser.
Estos, no nos los brinda la tecnología, sino que el cambio llega al mirar hacia
adentro y modificar aquello que no permite que se avance, es el darse cuenta, que esas barreras que si bien algunas veces son externas a
nosotros, la mayor parte de ellas son internas.
Las externas están dadas por seguir el ejemplo o la palabra de otros, por
dejarnos influenciar ya sea una moda, una filosofía, dejando de lado, la mayor
parte de las veces, lo que siente cada uno con respecto a eso.
Es allí donde estamos arriesgando equivocarnos, y pasado el tiempo
reprochándonos por lo que nos dimos cuenta que no era la mejor para nosotros.
Aquí es donde los límites son sanos, son buenos, muchos se preguntarán ¿y qué pasa si los
limites no son aceptados por quienes están alrededor? Pero, ¿y qué pasa si por
no poner límites terminamos siendo excesivamente lábiles?
Hay quienes dirán que sería como exacerbar el ego, bueno, pero no
siempre el ego es el malo.
Ego quiere decir: YO (psicol.)
Egoísmo: exceso de atención atribuida al yo, amor a sí mismo.
Egocentrismo: exagerada exaltación de la propia personalidad, considerándose
centro de atención y actividad generales.
Como se ven en las definiciones hay algunas diferencias, entre ego solo,
egoísmo, y egocentrismo, que tienen en común el yo como centro.
Pero para proteger al YO se hace necesario establecer límites y no ser
tan permeables a las influencias externas, y así generar nuevas estructuras
internas, y cambios más beneficiosos y positivos para nosotros, y estos a su
vez redundaran en el entorno.
Esto ayuda a tener un criterio propio, y no depender de los consejos o la
opinión de los demás, tal vez alguna que otra vez erremos, pero nos hace crecer
y aprender de los errores.
Hay que preocuparse cuando el Ego pasa a ser EGO, y la mirada hacia uno
mismo se transforma en permisiva, se exalta, allí donde aparece el egoísmo y el
egocentrismo, lo quiero para mí, porque yo soy el centro del universo.
Cuando se trabajan los límites no solo se establecen hacia afuera, sino también
hacia adentro, además se pierde menos energía y se vive más saludablemente.
Todo esto se logra con la terapia floral, que no solo es tomar las
esencias, sino que a través de las entrevistas, podemos ver que nada es
estático, todo se transforma, y encontrar que debajo de este tipo de
situaciones y emociones están latentes otras, así hasta llegar a resolverlas; y
poder ver por fin ese ser maravilloso que estuvo escondido.
El YO, la conexión con el alma.
Me preguntaran que esencias florales usar, bueno eso depende, según el sistema, y lo que
necesite cada uno, puesto que somos seres únicos, y eso hace que la terapia a
hacer sea diferente así como la combinación, o el uso de forma unitaria de
ellas.
Acaba como quien dice de comenzar el año, y mi propuesta es: ¿porque no
cambiar? Y ¿establecer límites?
Aquellos que quieran saber más y aprender sobre las esencias florales,
se pueden poner en contacto, a través de mi mail: mvanagaitis@adinet.com.uy , y a medida
que vayan teniendo mas conocimientos sentirán que están integrando un
maravilloso universo.
Gracias y bienvenidos al mundo floral.
MARIA ELENA VANAGAITIS
TERAPEUTA FLORAL