VOLVER A EMPEZAR:
Cada día de nuestras vidas es un nuevo comienzo, ya que por
más rutinaria que sean las tareas o sintamos que es la vida que se lleva,
siempre algo es nuevo, nos sorprende o no, cambia, y tal vez sea irrepetible
aunque nos parezca insignificante.
Es así, por más que pensemos lo contrario o no queramos
verlo de esta forma; la temperatura, el clima que nos rodea, un hecho
cualquiera que sucede a nuestro alrededor, o camino al trabajo o a una salida
cualquiera, un comentario, una noticia.
Si se toma en cuenta, si se está atento, entonces podemos
decir que vivimos en un constante cambio, movimiento perpetuo, al que hay que
adaptarse para seguir adelante.
Hace unos días viendo una entrevista a un escritor nuestro, hacía
referencia a que si algo nuevo se presenta ante uno, como un desafío, un viaje,
por ejemplo, o puede ser una tarea, lo mejor es enfrentarse ello y hacerlo; porque la mayoría de las
veces la oportunidad se puede presentar
ante uno, una sola vez.
Es cierto, si se pierde esa oportunidad, tal vez única,
puede que no se vuelva a repetir.
Con ello la experiencia ganada, el conocimiento y la sensación
agradable o no, de haber pasado por ella, de haberla vivido.
También otorga las herramientas para reinventarse o darse
nuevas oportunidades de cambios más o menos radicales, dependiendo de las
circunstancias de vida; el vencer los miedos, dejar afuera viejas estructuras y
adaptase a una nueva realidad interna.
¿Por qué dejar o vencer los miedos? Porque ellos no hacen más
que paralizar los cambios, traen consigo la incertidumbre, la duda y una visión
no muy positiva de la futura situación.
Ellos van juntos a las viejas estructuras que aportan
rigidez al pensamiento y críticas, juzgando negativamente.
Una vez que se dejan de lado, comienza a verse una realidad
diferente, que nos hace estar atentos, y apreciar que existen otros colores que
van más allá del blanco, el negro y el gris.
He podido apreciar muchas veces esta falta de
color en la vida, marcada por la tristeza, la culpa, la envidia, los celos etc.
Las personas visten colores tristes, les falta el fuego interno
que les de color y energía.
Y al comenzar a darse cuenta que hay formas positivas de
vivenciar o sanar sus experiencias, se efectúa el milagro de cambio.
Comienza un nuevo caminar, aunque la ruta sea la misma de
antes. Otras perspectivas aparecen y se ve la vida con otro color.
Y como dice el estribillo de la canción de A. Lerner:
“Volver a empezar
Que aún no termina el juego
Volver a empezar
Que no se apague el fuego………”
Gracias y hasta la próxima.
Maria Elena Vanagaitis
Tpta. Floral