EL SILENCIO, ¿SIEMPRE ES CALMA? ¿O ES TORMENTO?
¿Podemos vivir
en silencio absoluto?
El silencio que nos rodea no es absoluto, pero, ¿por
cuanto tiempo piensan que se puede vivir en silencio?
Él nos hace OBSERVAR, ESCUCHAR, MEDITAR, entre otras
cosas.
Una gran cantidad de pensamientos se están moviendo de
forma constante dentro de la mente de cada uno de nosotros, que no parece
permitir el silencio.
Se generan miles de pensamientos en minutos algunos
que suelen ser más prioritarios que otros que son descartados.
Pero también hay una diferencia que podemos
establecer, vivir en el silencio o ser silencioso.
Es diferente, ¿no? ¿Ser silencioso es igual a ser
callado, o en lo posible además no emitir o producir sonido alguno?
Bueno dirán, ¡cuantas preguntas!
Podríamos decir que el silencio es sano, cuando la
mente descansa y no tenemos en realidad nada que decir.
Pero lo que no es sano, es estar callando siempre, lo
que se tiene que decir, lo que se vivencia y siente a raíz de lo que está
experimentando en ese mismo momento.
Por diversos motivos las personas callan, hacen
silencio, muchos de ellos debido a no querer herir con las palabras, o por
temor a dar su propia opinión de manera circunstancial; dependiendo de la
situación por la que atraviesa.
Esto podría llamarse que es más o menos sano.
Ahora quienes se encuentran callados de forma casi
permanente, aquellos con los que parece que no les podemos sacar más de una o
dos palabras o frases seguidas, ¿Qué les
sucede? ¿Son simplemente así?
¿O tienen vergüenza?
¿O es que son así, quietas, silenciosas, u
observadoras?
Cuando se hace difícil el decir de lo que se siente,
entonces ya no es sano, sino que provoca ansiedad, vista como inquietud, el
estar buscando algo que no se sabe que es, en todo lugar. Veamos un ejemplo,
atravesaste por una situación desagradable, en tu casa, en la calle o en tu
trabajo, pero no te atreviste a decir o contestar a ello, y cuando te quedas a
solas contigo mismo, vas a la heladera y buscas, ¿qué? No sabes. Y vuelves al
rato y sacas algo, y luego vuelves otra vez, y así también por la noche.
Te preguntaste alguna vez el porqué de esa conducta,
algo así como: ¿Qué me está pasando, que necesito una y otra vez gratificarme
con algo rico?
Entonces puedes encontrarte con esta respuesta, la
verdad es que no me anime a enfrentar la situación, o enfrentarme a mí mismo y
dejar que me vea así tal como soy.
Mostrándose real, autentica, sin mascaras que oculten
el verdadero yo.
Cuesta mucho el darse cuenta y producir el cambio
necesario que llevara a sentirse en paz consigo mismo, PERDER EL MIEDO.
Es que el miedo siempre está detrás, sí, porque la
ansiedad es una forma de manifestarlo.
Entonces podemos decir, que tengo miedo a mostrarme
como soy realmente.
Pero una vez superado este, la paz interior que se
logra es enorme, y se puede estar consigo en lugar silencioso.
Diferenciemos entonces el Silencio Meditativo, pues
este es diferente, es agradable, se logra por medio de técnicas aprendidas para
tal fin, mediante la respiración controlada y consciente, una postura
determinada, que permite el no prestar atención a los pensamientos que llenan
nuestra mente, y sentir el agradable silencio propio y que nos rodea, generando
una sensación única de armonía con el entorno y con uno mismo.
Hay momentos en la vida que necesitamos de él, que nos
lleva a sentir los agradables sonidos que lo conforman. Los sonidos del
silencio.
Porque no hay silencio absoluto.
Ma. Elena Vanagaitis
Terapia floral,
Yoga